miércoles, 14 de marzo de 2018

RESEÑA de AUTORRETRATOS de KEPA MURUA en el diario argentino EL CORREDOR MEDITERRÁNEO



AUTORRETRATOS de Kepa Murua

            Autorretratos, el nuevo poemario de Kepa Murua, magníficamente ilustrado por Ángel López de Luzuriaga, contiene un conjunto de versos cultivados con la paciencia que el tiempo solo otorga a un pensamiento bien sedimentado. Corresponde a treinta años de vida intensa (1987-2017) y recopila palabras sencillas con la textura de una piel, una piel cotidiana, casi doméstica, próxima a la ternura y la rabia de un poeta que se cuestiona a cada paso su condición. Si todo autorretrato para ser veraz ha de ser impúdico, ya que un poeta con pudor es un farsante, en estos 65 frescos con sabor a vuelapluma encontramos el esqueleto de un autor que se ha ido desgarrando hasta alcanzar al fin un grado de humanidad que impresiona por su cercanía. Casi podemos tocarlo, fluye junto a nosotros, es uno más en la procelosa vida que compartimos. Lejos ya del experimentalismo de sus primeros libros de poemas, Kepa Murua se nos muestra aquí desenmascarado y libre por la palabra, esa compañera de viaje que siempre ha permanecido a su lado y que habla de él, aunque él crea que habla de sí mismo, en esa pelea tenaz donde espejo y reflejo se funden, son una misma cosa. Modestia y vanidad, terquedad y desazón, resistencia y fractura, la vida misma, que lo fue delatando y dejó a su paso estas instantáneas en las que no pudo disimular ni esconderse. Pura intimidad, alma sin filtro, despojamiento. Poesía neta, sin artificio.

            A lo largo de este poemario podemos seguir en orden cronológico la trayectoria visceral de Kepa Murua desde que comprendió que dedicarse a la literatura era  inevitable. Desde la caída del muro de Berlín: tras los pasos de una Europa/ que no sabe cómo crece/ ni en qué se convertirá, justo en el momento en que la poesía se cernía sobre él: Pero yo pasé mucho frío/ y mucha hambre/ en el centro de un mapa/ que podía ser el de mi cerebro, hasta la actualidad, donde el poeta consagrado repasa su obra, indistinguible de su vida: Sin saber dibujar, puse mi nombre debajo./ Sin muchos colores en la paleta, viví intensamente/ el amor que se descubre solo o acompañado. Un camino largo para un hombre cosmopolita que no ha dejado de buscar, de indagar en sí mismo y en su obra: Me iba conociendo/ con las palabras/ y estas me iban reconociendo a mí/ entre mil garabatos. Casi una treintena de libros, entre poemarios, ensayos, novelas, colaboraciones artísticas con otros autores, y además la dirección de la editorial Bassarai y la revista digital Luke. Un escritor infatigable que ya en 1995 vislumbraba este libro: Quiero que mi retrato sea nítido/ en el polvo trasparente de la vida/ como el fondo cristalino del agua.

            No cabe duda de que Autorretratos es un libro tan carnal y sanguíneo como su autor. Un regalo que nos ofrece para que nada quede oculto, para que todo sea desvelado. Esa confidencia que se hace a altas horas de la noche con una copa de menos o una copa de más y que un lector atento sabe agradecer. El testimonio noble, como diría St.Vincent Millay, de un poeta que le sigue dando fuego por ambos lados a la vela de las palabras para sorprendernos con el brillo deslumbrante de la existencia humana.

                                                                                                     Francisco Taboada

AUTORRETRATOS
Kepa Murua
Ilustrador: Ángel López de Luzuriaga
El Desvelo Ediciones (2018)



             

jueves, 25 de enero de 2018

LA LLAMADA en PHOTOWRITING de PAULA ARBIDE


La llamada

Una vez más hemos oído la llamada y nos hemos puesto en marcha. Cada cual lleva lo imprescindible para este viaje con dirección pero sin sentido. Lo importante es ponerse en movimiento de inmediato. No pensar en ello. Solo acudir. Solo ir. Diligentemente.
No debemos hablar entre nosotros. Hay que respetar una prudente distancia. Si nos comunicamos puede surgir una reflexión, una duda que nos hará tropezar, quizá detenernos. Eso cuestionaría nuestra determinación. No hay que olvidar que la única guía es la certeza.
Seguiremos adelante por un tiempo indefinido. Sin desfallecer. Soportando cada uno su cansancio, su pesar y su miedo. Rendirse no es una posibilidad. Abandonar sería el equivalente a dejar de respirar. Morir.
En algún momento cesará la llamada. Entonces tendremos que regresar al punto de partida. A la incertidumbre. A la espera. Hasta que la oigamos de nuevo.