DE TEMBLORES de Kepa Murua
De temblores es una novela de amor, un
texto breve pero intenso que ahonda en la problemática tratada por Kepa Murua
en sus novelas anteriores, Un poco de paz
y Tangoman, y en cierto modo serviría
de conclusión o final de ciclo. Una suerte de epílogo sobre el tema del amor
enfrentado a la libertad del individuo, donde la pregunta que se intenta
responder es si somos algo más que personas que aman y son amadas, si hay algo por
encima del amor, si la vida sin amor tiene algún sentido. Demasiados
impedimentos que concluyen con la certeza de somos incapaces de amar, porque el
amor ha cambiado tanto que resulta irreconocible.
Si en las novelas anteriores Kepa
Murua utilizaba la parodia y la sátira, en De
temblores emplea la confesión, la falsa-biografía. Formalmente hablando, es
un ejercicio de desnudez total, con un estilo contundente, basado en capítulos
cortos con un enunciado orientativo, con párrafos muy breves, de un solo golpe
de voz, alternados con diálogos de una crudeza tal que impide cualquier desvío.
El texto ha sido pulido hasta la exasperación, con una evidente intención
musical y poética, con numerosos ritornelos
y bucles en los que la memoria regresa a un punto anterior, a un texto ya
mencionado, para facilitar una nueva lectura. Un estilo dinámico que impide que
las palabras se solidifiquen, de manera que si al principio esos temblores son
los del sexo, a continuación serán los del miedo de los amantes y después los
de un terremoto emocional que todo lo transforma. Es el mismo temblor
evolucionando y dimensionándose según nos vamos adentrando en la novela. Una
novela con mucha más complejidad de la que aparenta y que, al final, contiene
una vuelta de tuerca muy eficaz que nos permite reinterpretar todo lo leído.
Debajo de su aparente
simplicidad De temblores esconde una
reflexión profunda y necesaria: ¿Los europeos hemos perdido la capacidad de
amarnos entre nosotros y necesitamos buscar o recuperar el amor en otras
latitudes? La respuesta es obvia: en el siglo pasado el marxismo, la anticoncepción
y el feminismo dieron un giro copernicano al amor y el capitalismo actual ha
terminado por liquidarlo. Nos encontramos por tanto en una era de re-definición
del amor. En la novela aparecen seis mujeres, destacando Dacia, de origen indio,
y Rosale, suramericana, bastante más joven que el escritor, y que representa el amor crepuscular, la
oportunidad tardía de afirmar o negar el amor, un nuevo comienzo y también una
involución. El problema surge cuando ambos comienzan a jugar a la demolición
del amor, cuando se aman poniendo en tela de juicio si el amor es posible. No
se entregan a ese sentimiento, sino que lo analizan y así lo destruyen, lo
falsean a través de la mente.
A lo largo de toda la novela las
diferentes mujeres acusan al protagonista de ser alguien incapaz de amar, sin embargo Rubén se
defiende constantemente y al hacerlo se delata. Esa es la clave: demasiado
narcisismo, demasiadas corazas, cuando el amor requiere un cierto abandono, la
aceptación de la dependencia. En De temblores, a pesar de los esfuerzos
del Rubén por ser empático con las mujeres, el punto de vista es siempre masculino.
Siempre está a la defensiva, como el hombre actual que teme perder sus
privilegios y que jamás admitiría que no sabe cómo desenvolverse en un terreno
de igualdad. Rubén es tan inmaduro como nuestra sociedad y representa sus
contradicciones a la perfección.
Si algo nos aporta De temblores es un retrato descarnado de
cómo se va desarrollando esa evolución, ese acercamiento entre los sexos, visto
desde el interior de un hombre y algunas mujeres que buscan una salida al
laberinto sentimental. Una novela valiosa, que también incluye una crítica
feroz de la situación lamentable de los inmigrantes, como es el caso de Rosale.
Literatura contemporánea, buena literatura, que formula muchas preguntas y nos
deja a nosotros, los lectores… seguir haciendo más preguntas.
Francisco Taboada
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