jueves, 16 de noviembre de 2017

RESEÑA de DE TEMBLORES de KEPA MURUA en el diario argentino EL CORREDOR MEDITERRÁNEO


DE TEMBLORES de Kepa Murua

            De temblores es una novela de amor, un texto breve pero intenso que ahonda en la problemática tratada por Kepa Murua en sus novelas anteriores, Un poco de paz y Tangoman, y en cierto modo serviría de conclusión o final de ciclo. Una suerte de epílogo sobre el tema del amor enfrentado a la libertad del individuo, donde la pregunta que se intenta responder es si somos algo más que personas que aman y son amadas, si hay algo por encima del amor, si la vida sin amor tiene algún sentido. Demasiados impedimentos que concluyen con la certeza de somos incapaces de amar, porque el amor ha cambiado tanto que resulta irreconocible.

Si en las novelas anteriores Kepa Murua utilizaba la parodia y la sátira, en De temblores emplea la confesión, la falsa-biografía. Formalmente hablando, es un ejercicio de desnudez total, con un estilo contundente, basado en capítulos cortos con un enunciado orientativo, con párrafos muy breves, de un solo golpe de voz, alternados con diálogos de una crudeza tal que impide cualquier desvío. El texto ha sido pulido hasta la exasperación, con una evidente intención musical y poética, con numerosos ritornelos y bucles en los que la memoria regresa a un punto anterior, a un texto ya mencionado, para facilitar una nueva lectura. Un estilo dinámico que impide que las palabras se solidifiquen, de manera que si al principio esos temblores son los del sexo, a continuación serán los del miedo de los amantes y después los de un terremoto emocional que todo lo transforma. Es el mismo temblor evolucionando y dimensionándose según nos vamos adentrando en la novela. Una novela con mucha más complejidad de la que aparenta y que, al final, contiene una vuelta de tuerca muy eficaz que nos permite reinterpretar todo lo leído.

Debajo de su aparente simplicidad De temblores esconde una reflexión profunda y necesaria: ¿Los europeos hemos perdido la capacidad de amarnos entre nosotros y necesitamos buscar o recuperar el amor en otras latitudes? La respuesta es obvia: en el siglo pasado el marxismo, la anticoncepción y el feminismo dieron un giro copernicano al amor y el capitalismo actual ha terminado por liquidarlo. Nos encontramos por tanto en una era de re-definición del amor. En la novela aparecen seis mujeres, destacando Dacia, de origen indio, y Rosale, suramericana, bastante más joven que el escritor, y  que representa el amor crepuscular, la oportunidad tardía de afirmar o negar el amor, un nuevo comienzo y también una involución. El problema surge cuando ambos comienzan a jugar a la demolición del amor, cuando se aman poniendo en tela de juicio si el amor es posible. No se entregan a ese sentimiento, sino que lo analizan y así lo destruyen, lo falsean a través de la mente.

A lo largo de toda la novela las diferentes mujeres acusan al protagonista de ser  alguien incapaz de amar, sin embargo Rubén se defiende constantemente y al hacerlo se delata. Esa es la clave: demasiado narcisismo, demasiadas corazas, cuando el amor requiere un cierto abandono, la aceptación de la dependencia.  En De temblores, a pesar de los esfuerzos del Rubén por ser empático con las mujeres, el punto de vista es siempre masculino. Siempre está a la defensiva, como el hombre actual que teme perder sus privilegios y que jamás admitiría que no sabe cómo desenvolverse en un terreno de igualdad. Rubén es tan inmaduro como nuestra sociedad y representa sus contradicciones a la perfección.

Si algo nos aporta De temblores es un retrato descarnado de cómo se va desarrollando esa evolución, ese acercamiento entre los sexos, visto desde el interior de un hombre y algunas mujeres que buscan una salida al laberinto sentimental. Una novela valiosa, que también incluye una crítica feroz de la situación lamentable de los inmigrantes, como es el caso de Rosale. Literatura contemporánea, buena literatura, que formula muchas preguntas y nos deja a nosotros, los lectores… seguir haciendo más preguntas.

                                                                        Francisco Taboada


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