Se va a dormir el murciélago
saciado
de mosquitos, pasó
ya la
lechuza sin ratón
y dejó el
halcón media
gallina
rota contra
el alto
muro
el alba
es
todavía una promesa que mantiene
dormidos
a los gorriones
quietos a
los topos, la escarcha
no tiene
nombre, es frío aún,
la noche
sigue rendida
a la luz
evidente que
se
anuncia con este
silencio.
Yo, espero.
En este
hueco vive
mi
alimento. Aquí
soy la
presa. Una palabra
retrasada
caerá en mis garras
y
retorcerá sus trazos
abrazando
mi cuerpo,
justo, en
ese momento,
amanecido.
de Frontera de carne, pag. 37
Foto Paula Arranz
0 comentarios:
Publicar un comentario