jueves, 29 de agosto de 2013

CONSERVAS


Conservas
 
            Yo jugaba con Alfredo al teléfono de bote en la calle. Como los coches nos obligaban a gritar y se chafaba el invento, decidimos irnos a una campa cercana. Allí encontramos a dos niñas jugando a lo mismo que nosotros. La más alta, que vivía en mi portal y me daba mucho la lata, propuso cruzar las cuerdas de los teléfonos para ver qué pasaba. Tardamos un rato, pero al final controlamos la tensión de las cuerdas y las palabras se mezclaron. Era divertido, nos emocionamos y de pronto se escuchó: te quiero, Alfredo. Las chicas se rieron a la vez. Luego dijeron que se aburrían y nos dejaron solos.
 
                                                                         de Silencios que me conciernen

1 comentario:

  1. Intenso, como la infancia que marca nuestro proceder futuro. Saludos

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