viernes, 15 de febrero de 2013

OCASAN LOS DÍAS


OCASAN los días y pasan, quizá,
saltando de verso en verso,
al capricho
de un pensamiento endeble,
desistido,
que busca el consuelo de la resonancia.

No dejar que suene,
no dejar que suene,
que sea siempre un principio,
un antes de que comience.

Que nada sea
salvo la intención.
Que la prisa por saber demasiado
no aturda el ritmo certero de la inocencia.

No pedir nada, salvo sosiego,
acudir al reclamo
como animal por herir.

                                            de Palabras dactilares, pag. 69

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