En mi extraño estoy
y me ilumino con
su obscuro. Voy
a tientas de tus labios
pronunciando huecos
gritos e imprecaciones
palabras que se llaman
a voces,
y nos pertenecen,
palabras inevitables
que deben cubrir
el expediente de la razón,
como el crujido
de la reina madre
que llama
al laberinto.
de
Frontera de carne, pag. 25
0 comentarios:
Publicar un comentario