CONTRA la espera me debato
haciendo formulaciones,
regateos,
dando vueltas alrededor de mí mismo
buscándome un rabo de lagartija.
No hay nada detrás,
nunca hay nada,
y delante la sospecha
de estar dándole la espalda
a algo, pero a qué.
La luz que engaña y es cierta,
los pájaros que cruzan indiferentes,
los gusanos, la tierra
indiferente, todo
sucediendo en la mirada.
Las certezas atragantan
pero hay hambre,
algo hay que darle de comer
a este pensamiento desnutrido y terco.
Palabras dactilares, pag. 41
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