OTRO día más
en la abrupta terquedad de estos ojos
enrojecidos,
ante un paisaje que cambia
para idéntico, reconocible,
siempre reconocible. Agónico.
La mirada busca con desesperación
una brizna de hierba nueva,
algo que haya crecido
al amparo de la noche
mientras mi cuerpo descansaba
noqueado.
La falta completa de importancia,
lo irrelevante de las transformaciones,
la persistencia que tienen las cosas
para no transgredirse
y conservar su ofensiva materialidad…
Sólo el dolor, la herida abierta,
la enfermedad y el desgarro de la cura,
mantienen la esperanza
de regresar
a la normalidad del grito.
Palabras dactilares pag.75
Palabras dactilares pag.75
QUE RAZÓN TIENES, ME HA GUSTADO MUCHO
ResponderEliminarMañana leeré el post anterior
Cuando puedas pasaté por el blog de Jesus Ferrero, es un buen amigo y opinar en su blog es súper lúdico, ahora estamos con el post sobre Eder
Saludos