sábado, 31 de marzo de 2012

MERMELADA DE CIRUELA

Mermelada de ciruela


            Me despierto en el alféizar de mi ventana. Tengo las manos cubiertas de rocío. Anoche comenzó de improviso la muda de piel, la más dolorosa que recuerdo: cada paso era un desmayo. Llamé a Cristina pero estaba fuera de cobertura, y mi madre no entiende de estas cosas, o no habla de ellas. Me tengo yo sola.
            Voy a pasar la mañana entera quitándome tiras de piel vieja. Luego me frotaré sobre la carne viva aceite de caléndula y  le pediré al aire que apenas me roce. Mañana, quizás pueda salir a la calle y brillar durante un par de semanas.
            He de aprovechar ese tiempo, pero sin agobios, sin dejar que la ansiedad decida por mí. No quiero volver a equivocarme por confiar en las miradas. Esta vez voy a tocar, voy a lamer, voy a pedir caricias de viento. Esta vez quiero alguien de pura seda y, si puede ser, con sabor a mermelada de ciruela.

                                                                                                    de Mercedes Cancelo

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