miércoles, 4 de abril de 2012

AZUL


Azul

            En mi familia tenemos la piel muy fina. Las venas de la cara se transparentan y mi madre, origen de esta característica, es azul. Mi hermana tira a violeta, yo recuerdo a un folio escrito con un bolígrafo gastado, y mi padre es normal, color carne, y además médico.
            Mi padre lleva toda la vida intentando que mi madre deje de ser azul, el mismo tiempo que lleva ella reprochándole que la quisiera por azul y luego pretenda cambiarla. Las disputas cromáticas son la salsa de los almuerzos familiares. Por supuesto, ni mi hermana ni yo queremos dejar de ser azules, pero al tener un interés de segunda generación, un tanto deslavado, procuramos evitar la contienda.
            Durante la cena de anoche, mi padre puso sobre la mesa un frasco de pastillas. No era un experimento más, sus ojos decían `eureka´, daba miedo. Le suplicamos las tres que nos permitiera seguir siendo azules, pero nos obligó a tomar una dosis doble, por el retraso. Nos hemos despertado esta mañana y mi padre, al vernos, se ha echado a llorar.

                                                                                de Mercedes Cancelo

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