La marea
Le dije que quería dejarlo antes de empezar a hacernos daño. Lo comprendió. Insistí, porque habíamos hablado de eso desde el principio de nuestra relación, de que nos gustaban las mismas cosas pero no sentíamos lo mismo hacia ellas. Lo comprendió. Hablamos de sexo, de la baja categoría de nuestro cariño, del futuro incompatible que nos esperaba, amaneció, desayunamos, llegó la noche y seguíamos allí. Ella, por supuesto, lo comprendía todo, y yo cada vez comprendía menos.
de Silencios que me conciernen
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