CERCANÍA
No puedo olvidar que me miro
me contemplo desde una distancia corta
me reconozco por el hábito de verme
y me extraño por la incertidumbre
que contiene el aliento de cada instante.
Me pesa, sin embargo, sentirme próximo
con los ojos atentos en lo que hago
preparado para seguirme, obedecerme
y a la vez rebelado, insumiso
dispuesto a que una sorpresa me desarme.
No hay paz alguna, no estoy contento
la tensión de tenerme encima siempre
no dejarme tranquilo y a mi antojo
hacer tribunal de cada gesto
ser reo testigo juez y parte.
Me pesa esta cadena recibida
la brida el bocado la correa
lanzar la piedra y recogerla
ladrarme para correr, morderme
y refrenarme, y estarme quieto.
Quién pudiera no mirarse
inconsciente de uno mismo
como hoja tierna de árbol joven
mecida por la brisa, caliente de sol
alimentada por la savia, solamente.
Ilustración: SeD
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