PRIVILEGIO DE LA SOMBRA
Cruzo al amanecer junto a la tele apagada
que ensaya en silencio sus mentiras
es oscura como un cuervo negro
malvada igual que una respuesta
sin
pregunta.
Me preparo un cacao con leche fría
y leo las etiquetas tergiversadas
uno apenas tiene cacao la otra casi
sin leche
no pongo azúcar por si amarga.
El día empieza gris, eludiendo hacerse
día
llueve un poco sin ganas, mustiamente
y me pregunto qué hago yo tan despierto
qué intento remediar esta mañana.
Regreso al tiempo estéril de la cama
donde ya no hay sueño que me cobije
ni pesadilla que me asuste, solo las horas
mientras afuera cosechan los campesinos
ponen multas los policías a los que huyen
y no lejos de aquí muere la gente
en
los hospitales.
Son las nueve, y un minuto, y treinta y un
segundos, 32, 33, 34, 35…
Ilustración: SeD
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