CONFABULACIÓN
He despejado el camino para
una soledad garantizada, solo
piedras sin alas en la quietud
el trigo no crece, no hay pan,
las amapolas del sueño desecadas
ojos y piernas y mi espalda desnuda
el inicio, pasado de largo, lejos,
ni misterios ni preguntas ni eso
alguna dirección en redondo
vagar, sí, apenas desenvolverse
sensación permanente de cristales
el viento, no, gelatina y metal enfriado
como el agua aprisionada en las vasijas
como el cuenco del pozo, un grito seco,
como las estrellas que huyen de la noche
encrucijadas indiferentes
ocasos circunstanciales
pieles de superficie
he dejado allí la identidad toda
enfrentado al permanente inalterable
fuego ya consumido en el humo
si hubo un yo, que no estaba,
entonces enviaré dos señales:
nada se ha perdido y nada queda
levantaré una trayectoria aproximada
mientras llega la marea de llamas
todo se sabrá, pero no seré mi testigo.
Ilustración: SeD
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