LÍRICA MOTOR
Los coches que me han llevado
y se llevaron mi vida en sus colores
las dolencias carburantes que tenían
su consistencia de hierro plastificado
el temor barato que me legaron
sus segundas o terceras manos
la facilidad con que me dejaban
tirado en cualquier parte.
Qué injusto he sido con ellos
cuánto les debo
de que modo tan humilde
y misterioso supieron
alejarme de todos
acercarme a los míos,
y a lugares imposibles,
cuánto he cantado en su interior
cuánto les dije que nadie sabe
fueron un hogar tantas veces
mi refugio
la manera de encontrarme.
Pacientes esperan junto a la puerta
solo piden alguna atención
pequeña, dos duchas al año,
unas pocas revisiones
aliento para las ruedas
a dónde vamos
me preguntan cuando arranco
a dónde vamos.
Ilustración: SeD
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