ANTE LA ORILLA
Un salto al vacío
de la indiferencia
ese abismo donde caen
ralentizadas
las flores mustias
los sentimientos blandos
los objetos olvidados
en los desvanes
que ya solo el polvo
visita, de tarde en tarde,
aquello que se sabe inútil,
que perdió la inercia
y la trayectoria,
la flecha floja que inicia
el declinar de su curvatura,
los besos que solo son labios
los cuerpos perdidos
en sus extremidades…
todo eso caerá sin sonido
hacia un fondo
que a nadie interesa,
y de camino, tal vez,
por una indulgencia
se disgregue en aire
se trasforme en ráfaga
de viento que pasa
de noche, mientras
todos duermen.
Foto: Paula Arranz
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