GAVIOTA
Pinto por pintar las olas
llenas de agua y de forma
impertinente
que ignora hasta el paisaje que compone;
miro el monte verde oscuro
que preside majestuoso la bahía
desde antes de que tuviera nombre
propio y hubiera personas por aquí
haciendo preguntas por hacer algo;
me deslizo por el lienzo como respiro
sin ser consciente de la imagen
la mano o el pincel, solo es pintura
que arrastra imprecisas sensaciones
y la simulación de un sueño no soñado;
ataco a mi mente para despertarla
con pensamientos angulosos, crueldad,
sinsabores y recuerdos que me han
contado pero no me pertenecen;
me siento en la arena frustrado
como un niño que no sabe volar
y envidia a las gaviotas voraces
que comen porquería, los restos
de un bocadillo abandonado
la goma sucia de un preservativo.
Foto: Paula Arranz
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