RELOJ DE PROVENCIO
El reloj de Provencio hace:
Aún no. Ya no. Aún no.
Ya no…
y yo me pregunto una vez más
por mis intermedios, todos,
acumulados no sé dónde,
esperando no sé qué,
como si yo tuviera la culpa
de que yo estuviera esperando
algo de algo, y mientras tanto
paso de largo y me quedo
mirando la estela de
mi paso, inmóvil, sin
poder evitarlo, pasmado,
y el otro yo pasa de mí,
tiene demasiada prisa,
como en el cuento de Alicia
donde todo va corriendo
y te cortan la cabeza.
Así está sucediendo mi vida:
retrasada, decapitada
y perpleja, igual que
un reloj de concepto,
autointerrogante, que
se pregunta en cada tic-tac
a quién le corresponde ir
delante, al tic, al tac,
o si lo correcto es preguntarle
al guion intermedio,
si por un casual,
acaso, Él lo sabe.
Foto: Paula Arranz
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