Los amigos de la revista Luke me publican este mes el relato Puertas y armarios, con una foto de Paula Arranz.
Siempre le he tenido cariño a esta historia de desamor loco y constructivo. Me ocasionó muchos problemas durante años. Desde el primer momento me gustaba el tono pero no la resolución, y era un relato que sin una salida perdía el sentido. Creo que necesitaba adentrarme en su vertiente poética para atreverme a jugar con el tiempo de un modo más decidido. Estoy contento del resultado. Lo logrado, aun siendo poco, para mí resulta muy valioso. En literatura se cruzan fronteras y una de las mías la crucé con este relato. Se puede leer aquí:
Siempre le he tenido cariño a esta historia de desamor loco y constructivo. Me ocasionó muchos problemas durante años. Desde el primer momento me gustaba el tono pero no la resolución, y era un relato que sin una salida perdía el sentido. Creo que necesitaba adentrarme en su vertiente poética para atreverme a jugar con el tiempo de un modo más decidido. Estoy contento del resultado. Lo logrado, aun siendo poco, para mí resulta muy valioso. En literatura se cruzan fronteras y una de las mías la crucé con este relato. Se puede leer aquí:
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